Por la defensa de la humanidad, de las personas migrantes y de su libre movimiento y acogida en Europa y contra el neofascismo

En Europa ganan terreno de forma acelerada fuerzas de extrema derecha que tratan de culpar a las personas migrantes y refugiadas de la situación de pobreza y precariedad causada por el neoliberalismo, que estas mismas fuerzas defienden.

Su presencia ha servido para impulsar las injustas políticas migratorias ya existentes, en esa loca carrera electoral en la que lo importante es pescar votos: de las expulsiones masivas, al cierre de fronteras, pasando por el asesinato por omisión de socorro de decenas de miles de seres humanos en el Mediterráneo, los desiertos de África y otros lugares sin nombre, negándoles derechos humanos como la vida y la libertad de movimiento.

Ante esta situación manifestamos:

  1. Los responsables de esta crisis, producto del desarrollo de estrategias neoliberales, son las élites que gobiernan Europa y no las personas migrantes y refugiadas. Esas elites utilizan como chivo expiatorio de la situación que han provocada a la inmigración y fomentan sentimientos xenófobos y la guerra entre pobres, para ganar votos y evadir su responsabilidad.

La presencia de las personas migrantes y refugiadas en Europa es, sin embargo, positiva. Enriquece nuestras sociedades, sus valores y nuestras formas de vida.

  1. La UE, los gobiernos europeos y las grandes empresas transnacionales son responsables del éxodo migratorio: millones de personas huyen de las guerras alimentadas con armas fabricadas en Europa, y de la miseria provocada por las políticas comerciales neocolonialistas, por la desestructuración social derivada de dichas políticas, por el saqueo de los recursos mineros y energéticos, por el acaparamiento de tierras que desplaza a cientos de miles de personas y por la destrucción ambiental responsable del cambio climático

Y son asimismo responsables de las consecuencias de dicho éxodo, de las muertes, prisión, esclavitud y trato inhumano de miles de personas en el largo viaje hacia Europa, y de la violencia que en él se ejerce contra menores, personas LGTBI y mujeres, fomentando redes de trata. También de la violencia, discriminación y explotación que sufren una vez llegadas a Europa.

Por ello exigimos

  • El estricto cumplimiento de la declaración universal de Derechos humanos, que todas las personas migrantes puedan moverse libremente y disfruten de los mismos derechos que el resto de habitantes en Europa.
  • El cese de la externalización de las fronteras, de la fabricación y venta de armas europeas, del saqueo de recursos y del acaparamiento de tierras, así como un cambio sustancial en las políticas económicas y comerciales actuales
  • Políticas migratorias acordes con los derechos humanos, cese de las expulsiones y establecimiento de vías de pasaje seguro para quienes quieren migrar.
  1. En Europa está siendo criminalizada la solidaridad con las personas refugiadas y migrantes, tanto por gobiernos autoritarios y extremistas, como por gobiernos conservadores y de centroizquierda.
    Salvar vidas, solidarizarse y apoyar a personas a las que se les ha arrebatado todo, acogerlas, convivir con ellas, defenderlas legalmente y ayudarlas a encontrar una nueva oportunidad en una nueva tierra se ha convertido en delito.
    Por ello exigimos no solo frenar esta criminalización, sino apoyar -en las esferas locales, nacionales, estatales e internacionales correspondientes- a estas personas y organizaciones y los valores que defienden.
  1. La inhumanidad que suponen el rechazo, las deportaciones y la creciente persecución violenta de migrantes y refugiadas tiene como objetivo acabar con una vida social y política que defiendan la convivencia entre iguales, el respeto a la dignidad humana, la solidaridad, la tolerancia y la democracia.

La extrema derecha y todos los partidos que comparten sus políticas migratorias, nos abocan a una sociedad autoritaria y patriarcal basada en el odio y en la exclusión de las personas vulnerables, empobrecidas, excluidas, diferentes, migrantes. Defienden un modo de vida antihumano e intensifican el fracaso de la Europa social y democrática.

Lejos de esta actitud, como ciudadanía europea, nos comprometemos con la humanidad, la solidaridad y la democracia como modo de vida en Europa y a rechazar toda actitud de odio y discriminación y a defender los valores de

 

Porque sabemos que todas podemos ser migrantes en algún momento de nuestra vida, nos comprometemos con la solidaridad activa con quienes ahora padecen esa situación y queremos que formen parte integral de nuestras sociedades.

Queremos contribuir, con este abrazo de los pueblos, a iluminar un mañana solidario y democrático para nuestros hijos e hijas.

Por una Europa abierta y democrática,

¡Fronteras abiertas, pasaje seguro!

 

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